Mixteca oaxacaliforniana

Amenazas de ahogado

El domingo 3 de enero una familia viajaba de Juxtlahuaca a Huajuapan de León, en la Mixteca oaxaqueña, en un auto recientemente comprado al dirigente Arturo Pimentel. De pronto, cuatro encapuchados armados con metralletas detuvieron el automóvil. Amenazaron a la familia y preguntaron por Pimentel. Al darse cuenta de que no viajaba en el auto, uno de los encapuchados comentó: ``Ya ves, que tal si hubiéramos disparado.''

Esta es una de la muchas amenazas que han recibido Arturo Pimentel y los miembros del Frente Indígena Oaxaqueño Binacional (FIOB) a partir de que, bajo el registro del Partido de la Revolución Democrática (PRD), ganaron las elecciones para diputado local y presidente municipal de Tlacotepec. Un aviso más de lo que están dispuestos a hacer los caciques de esta región para detener el avance social de las organizaciones indígenas, como es el caso del FIOB, cuyas oficinas en Juxtlahuaca se encuentran vigiladas constantemente por gente armada.

No se trata de hostigamientos aislados o excepcionales. Son la reacción automática y natural de quienes han controlado la vida y trabajos de los indígenas mexicanos y ven venir el final del mundo tal como lo conocieron. Lo particular de las amenazas en contra de Arturo Pimentel y las organizaciones mixtecas es que tuvieron como respuesta una campaña de apoyo inmediata, basada en las relaciones de una red binacional: la conocida fórmula de tinta e internet.

Los caciques de la Mixteca sienten perder su antiguo poder, no porque las elecciones recientes hayan sido el golpe de candidatos carismáticos y bien promocionados, sino porque son parte de un proceso que empezó hace tiempo la construcción de un poder social y colectivo.

Un camino que mucho tiene que ver con la formación del FIOB, organización que tomó este nombre en 1994, pero cuya experiencia se remonta a 1991, cuando los integrantes de las seis organizaciones indígenas más importantes de ese extenso espacio, que Gaspar Rivera ha llamado Oaxacalifornia (``Naa-shica dav'i: los que andan por tierras lejanas'', Ojarasca 10, febrero de 1998) deciden unirse para formar el Frente Mixteco-Zapoteco Binacional (FM-ZB). Estas organizaciones han impulsado proyectos productivos, políticos, culturales y de promoción de los derechos humanos en diferentes espacios: el Valle de San Joaquín, Los çngeles, el norte de San Diego, en California; los valles de San Quintín y Maneadero en Baja California y en la región Mixteca de Oaxaca.

El FIOB, como integrante del Congreso Nacional Indígena, ha sido un elemento importante en la lucha por el reconocimiento de los derechos indígenas y la aprobación de la iniciativa de la Cocopa, incluso ha participado en los plantones frente a los consulados estadunidenses con este propósito.

En 1994 organizó una marcha masiva desde los valles agrícolas bajacalifornianos hasta Tijuana, para que se hicieran efectivos los apoyos a los trabajadores migrantes que había comprometido Ernesto Ruffo, gobernador de Baja California. El plantón con que concluyó la marcha fue violentamente desalojado y setenta miembros del FIOB resultaron detenidos.

Esta organización ha participado en el rechazo a las iniciativas de ley del estado de California que atentan contra de los derechos de los trabajadores migrantes y el uso oficial del castellano en las escuelas californianas. Junto con otras agrupaciones, ha organizado foros para la discusión del voto de los mexicanos en el extranjero. La página de internet del FIOB (httm//www.laneta.apc.org/fiob/) es pionera en el uso social de este medio.

La trayectoria de Arturo Pimentel resume esta experiencia: participante en varias conferencias internacionales sobre derechos indígenas, exdirigente de la sección oaxaqueña del sindicato de maestros y de la Central Independiente de obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC), asesor en los diálogos de paz de San Andrés Sacamch'en por parte del EZLN y miembro de diversos partidos políticos (ver ``La defensa de los derechos colectivos de los pueblos indígenas en México'', de Alejandro López Mercado, en Cuadernos Agrarios, 1999).

Recientemente, el trabajo de base del fiob se ha centrado en la Mixteca. Gracias a un acuerdo con el PRD, el FIOB logró participar en las elecciones oaxaqueñas con libertad para elegir candidatos y manejar la campaña. Así ganó el distrito electoral de Santiago Juxtlahuaca y la presidencia municipal de Tlacotepec. Con esta experiencia, la llegada del fiob a los cargos públicos de Oaxaca representa una amenaza real a los intereses de los caciques en esta parte de la Mixteca.

Eugenio Bermejillo